Relato juevero: el lenguaje de la música

EL LENGUAJE DE LA MÚSICA

El chico estaba sentado frente al piano, con la frente apoyada contra la caja de resonancia mientras su mano derecha tocaba las teclas de una en una, agotado.

Había sido un año duro. Compaginar dos carreras, la vida familiar, los amigos... Pensaba que nunca le ocurriría, pero al final se había visto desbordado; había suspendido las últimas asignaturas, estaba enfadado con sus padres y sus amigos no sabían qué más hacer para levantarle el ánimo.
Acarició la enésima tecla con la punta de los dedos, mientras una lágrima rodaba por su ojo izquierdo.
Hacía una semana que había empezado las vacaciones de verano, pero él sólo podía pensar en el momento en el que tenía que ponerse de nuevo a estudiar. Además, debía entregar un trabajo -¡componer una canción completamente inédita!- para la Academia, y la inspiración le esquivaba.
Nuevas lágrimas rebosaron sus írises acerados.
Y cayeron.
El chico se incorporó rápidamente.
Ese sonido...
Se fijó atentamente en las notas que habían sonado sin querer y las repasó con los dedos. Quizás... Pulsó con cuidado, los martillos golpearon las cuerdas... Su corazón aceleró y le recorrieron esos estremecimientos tan característicos que indicaban que se avecinaba una canción. Así que se colocó bien, cerró los párpados y... 

El chico estaba sentado frente al piano, erguido, tenso y relajado al mismo tiempo, mientras sus manos volaban sobre el teclado sin fallar una sola nota, y es que aquella canción ya estaba escrita en su alma.

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