¡Feliz Pascua!
Cerramos el mes con la Variété de Marzo: Motivación. Esta vez Ginebra nos enumera las ocho fuentes de motivación que existen, y nos motiva con las obras de Kris Lewis. Kris es un artista contemporáneo de Califormia, y sus obras al óleo combinan los retratos de carácter histórico con toques surrealistas. Como siempre, el texto puede ser tanto en prosa como en
verso.
Dadas las fechas, he encajado mi relato con el día de Pascua, así que me gustaría explicar un poco esta festividad antes de dar paso a la lectura.
La Pascua, también conocida como Domingo de Resurrección, es la fiesta central del cristianismo en la que se conmemora la resurrección de Jesucristo al tercer día después de haber sido crucificado, de acuerdo con los evangelios canónicos. Se celebra el primer domingo después de la luna llena tras el equinoccio de primavera en el hemisferio norte (21 de marzo), por lo que la fecha de Pascua varía entre el 22 de marzo y el 25 de abril. Este año cae exactamente el domingo 31 de marzo. Etimológicamente, hace alusión a terminar el ayuno y comenzar una transformación. En cuanto a las celebraciones, en España se celebran procesiones que ponen fin a la Semana Santa. En el centro de Europa, se le asocia el personaje del conejo de Pascua, que esconde huevos de azúcar pintados de colores para los niños; representa la fertilidad y su origen es pagano, relacionado con la diosa Ostara o Eostre, de ahí el término en inglés Easter.
Ahora sí, ¡a disfrutar de la Variété!
Aviso de contenido +18
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Kris Lewis
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Ostara
En
mi casa siempre se ha vivido la Semana Santa como uno de los eventos más
importantes del año junto con la Navidad.
Entre
misas y procesiones, mis padres me enseñaron a reflexionar sobre el sufrimiento
y el sacrificio; sobre cómo el dolor se transformaba en esperanza, guiada por
la luz de la Resurrección y el amor eterno. De pequeña me impactaba sobremanera
la imagen de los nazarenos con sus hábitos de colores y sus puntiagudos
capirotes. El estruendo de los tambores retumbaba en todo mi cuerpo y el olor a
incienso me embriagaba. Como es de esperar, lo que más me gustaba de aquella
semana era la comida: las torrijas de mi abuela, espolvoreadas como azúcar y
canela, y los huevos de Pascua que mis tíos escondían por toda la casa para que
mis primos y yo jugásemos a encontrarlos.
Cuando
estudié la catequesis para comulgar, me di cuenta de que la religión no era mi
camino, y cuando mis padres me propusieron confirmarme, me negué en rotundo.
—¿Por
qué, Ostara? ¿Ya no crees en Dios?
—No
sé si creo o no en Dios. Pero en lo que no creo es en una institución que
rechaza a las personas como yo.
—¿A
qué te refieres, cariño? —me preguntó mi madre, preocupada.
—Soy
lesbiana —dije atropelladamente.
Mis
padres se intercambiaron esa mirada.
—¿Y
qué más da lo que digan unos viejos carcamales de la Iglesia? ¡Dios nos acepta
y nos quiere tal y como somos! Y, por supuesto, nosotros también te queremos.
En
ese momento rompí a llorar, aliviada de que no me rechazasen, pero consciente
de que mi confesión había marcado un antes y un después. No volví a ir a misa,
por ejemplo. También empecé a celebrar las festividades motivada con pasar
tiempo con mi familia, en vez de dejarme llevar por un sentimiento religioso. Y,
desde que empecé a trabajar, no marqué ni un solo año la casilla de la Iglesia
en la declaración de la Renta.
Por
supuesto, la pregunta del millón seguía corroyéndome: «¿Crees en Dios?» No supe
dar una respuesta hasta que la conocí a ella.
***
Judit
me ató de cara a la cruz; las correas apretaron mis muñecas y mis tobillos sin
piedad, dejándome totalmente expuesta a ella. «La cruz nos recuerda el sacrificio
supremo por amor.»
Vestida
con un hábito negro y un capirote, Judit alcanzó la disciplina, haciendo
latiguear sus siete colas en el aire, como un aviso.
—¿Estás
preparada, Devota?
—Siempre.
El
cuero impactó en mi espalda y en mi culo una y otra vez, hasta que los gemidos
se convirtieron en gritos, las lágrimas rebosaron mis ojos y el color de mi piel
se tornó tan rojo como el de la manzana del Pecado.
—Estás
recibiendo tu castigo muy bien, Devota.
Judit
me acarició la piel mortificada con la punta de los dedos, y me tensé como la
cuerda de una guitarra cuando los pasó por mi sexo mojado. Mi clítoris
palpitaba con furia por la cuaresma a la que le había sometido.
—Tendrás
que esperar un poco más, Devota... —me susurró al oído antes de apartarse de
nuevo.
Alcanzó
algo que no llegué a vislumbrar, pero el clic indicó el
inconfundible sonido del lubricante. Sus dedos regresaron, esta vez haciendo
círculos en mi ano; puse los ojos en blanco de puro gusto. Al poco tiempo noté
que introducía un objeto redondeado, y después otro más grande, y otro aún más
grande. Oh, eran los huevos de Pascua. Los sacaba y los volvía a meter,
dilatándome poco a poco. Al cabo del tiempo anunció:
—Ya
estás perfecta para la zanahoria.
El
dildo al que se refería tenía literalmente la forma de una zanahoria. El tope
eran las hojas, y la parte insertable tenía la forma del fruto, con 15 cm de
largo y 4 cm de diámetro. Mi culo se lo tragó entero.
—Ahora
te voy a desatar y te volveré a atar mirando hacia mí, para flagelarte la zona
frontal.
Asentí
y me dejé hacer. Judit se centró en mis pechos, mi vientre y mis muslos. De vez
en cuando las cintas alcanzaban mi sexo, provocando que descargas de placer
ametrallasen mi cuerpo, y el orgasmo comenzó a acumularse en mi vientre.
—Aún
no, Devota.
Su
voz era como un faro; sabía que si no siguiera su luz, me estrellaría ineludiblemente
contra un acantilado.
Cuando
Judit quedó satisfecha con el aspecto que presentaba mi piel, alcanzó el último
objeto que reposaba sobre la mesilla: el conejito. A pesar de que mi
culo estuviera lleno por la zanahoria, consiguió penetrarme con
facilidad gracias a lo lubricada que estaba, y se aseguró de que finalmente las
orejitas atrapasen mi clítoris. Activó el vibrador, manteniéndolo entre mis
piernas con la mano derecha, mientras que con el brazo izquierdo me rodeó para
agarrarme del culo.
—¿Quién
es tu Diosa, Devota?
Sus
ojos fulguraban tras la máscara.
—T-tú
eres mi Diosa.
Mi
cuerpo temblaba tanto que temí romper la estructura de madera.
—Córrete
para mí, Devota...
Seguí
la luz de su voz y mi orgasmo estalló en su mano. Resucité.
Casi
sin que me diera cuenta, Judit apagó el conejito y extrajo la zanahoria.
Seguidamente de me desató y me sostuvo entre sus brazos.
—Feliz
Pascua, Ostara.
Quiero darte las gracias también por aquí por tan magnífico aporte, mi querida Dafne.
ResponderEliminarHas conjugado con exquisitez la Semana Santa y el erotismo, y has resuelto la motivación desde un muy buen trasfondo/sentimiento, y tu maravillosa narrativa.
Muchísimas gracias, preciosa 🙏
Siempre un placer tu compañía en estos retos.
Bsoss enormes, y ¡Feliz Pascua! 😘💙
Mi querida Ginebra 💙
EliminarGracias a ti por estos proyectos, que tanta ilusión hacen.
Me alegro de que te haya gustado Ostara ;) Espero que disfrutases mucho de la Semana Santa y la Pascua.
Un besazo enorme
Que entrada tan atrevida, te felicito por eso.
ResponderEliminarInteresante lo que se plantea, se puede creer en un dios o diosa, participar de festividades. Y al mismo tiempo, mandar a pasear lo que piensan los carcamales.
Que padres tan empáticos con su hija.
Felices pascuas. Grandes besos.
¡Claro! Mientras no se quiten derechos, vivan todas las creencias y festividades.
EliminarPor aquí se suele decir esta muletilla... "¡Y Santas Pascuas!"
Felices semanas.
Un besazo, Demi
Yo no creo en ese Dios tradicional que nos vende la iglesia, si he ido a misa habrá sido muy pocas veces y por motivos de despedida de familiares, creo que cada cual hace su propia interpretación de la religión y de sus creencias, lo importante es encontrar ese camino de realización personal, como lo encontró Ostara dándole un sentido mucho más placentero a esos símbolos sacros. En este domingo de resurrección que ya se va, has resucitado todo y no ha sido necesario esperar al tercer día ;)
ResponderEliminarDulces besos con devoción y dulce mes 🥚 🥕 🐰
Has dado en el clavo (nunca mejor dicho por estas fechas...): que cada cual haga su interpretación y siga sus creencias, dejándose llevar por la realización personal.
EliminarVoy a necesitar más domingos de resurrección, porque con lo que se me viene...
Dulces besos de Pascua y Bunny-Girls 🥚 🥕 🐰
Excelente relato!,buenisima narrativa.Felicitaciones.Un abrazo grande!
ResponderEliminar¡Gracias por leer y comentar, Menta!
EliminarUn abrazo
Excelente aportación en el proyecto de nuestra querida Ginebra, me alegra volver a leerte, preciosa.
ResponderEliminarQue estés teniendo un feliz día.
Un beso enorme.
Me alegra volver a leerte a ti, querida María, aunque este mes he andado desaparecida en combate *.*
EliminarQue empieces maravillosamente mayo.
Un besazo