MATÉ A ALGUIEN POR TI

 

¡Hola, hola, criaturillas indefinidas!

Terminamos el mes de Marzo con una Variété de Ginebra: Humana(mente). Esta vez, Gin nos presenta a la fotógrafa húngara Josephine Cardin nacida en Santo Domingo, República Dominicana. Además de artista plástica y bailarina de ballet, es una fotógrafa que a través de su trabajo trata de explorar la propia sensibilidad humana.

Para este reto, elegiremos una de las fotografías de Josephine y desarrollaremos uno de estos cuatro temas: la soledad, el aislamiento, el miedo y la transformación, ya sea en un texto en prosa o verso.

Por mi parte he escogido la transformación y la siguiente imagen:

©Josephine Cardin

        MATÉ A ALGUIEN POR TI        

Me miré las manos manchadas de sangre... Temblaban... Después volví a mirar mi reflejo. ¿Esa era yo? ¿Esos eran mi pelo y mi piel? ¿Mis ojos, mi boca y mis orejas? No... Sí... No... No lo sabía... Lo que sí sabía, en lo más profundo de mi corazón, es que aquel era el rostro de una asesina.

¿Habrá valido la pena? me pregunté, pero sólo había una forma de conocer la respuesta.

Huí de mi apartamento como si me persiguiera la policía y corrí por los suburbios hasta tu casa. Cuando recuperé el aliento, llamé al timbre.

Tal y como esperaba, me abriste la puerta. Sin embargo, tus ojos negros parecían no reconocerme, y entonces entendí la famosa y maldita frase: si miras fijamente al abismo, el abismo te devuelve la mirada.

Cerraste la puerta sin que pudiera evitarlo. La aporreé con los puños, presa de la desesperación.

¡Por favor, déjame entrar! ¡Deja que me quede contigo esta noche! ¡Te lo explicaré todo!

Pero ya sabías lo que había sucedido. Ambas lo sabíamos y debíamos asumir las consecuencias.

Todos estos años que estuve enamorada de ti, te seguí hasta convertirme en tu sombra, hice todo lo que me pediste... ¡incluso matar! En efecto, maté a alguien por ti porque pensaba que era la única manera de que me amases.

Qué ingenua, ¿verdad?

Ahora tengo las manos manchadas de sangre y ya no hay vuelta atrás.

Ahora me miro al espejo y no me reconozco.

¿Lo entiendes? 

Me maté para convertirme en lo que tú querías que fuera.