Relato juevero: Puentes

*Recuerdo que arriba tenéis el link fijado para participar en el Calendario de Adviento*

 

 

UN PUENTE HACIA TERABITHIA

 

—¡Buenas tardes! Sois los hermanos Aarons, ¿verdad?

—¡Así es! —Un hombre de mediana edad salió del porche para estrecharles la mano a los recién llegados—. Yo soy Jesse y ella es May Belle.

—Paul y Linda. Vuestros nuevos vecinos.

—¿Podemos ayudaros en algo? —sonrió May Belle.

—No.

—¡Sí!

El matrimonio había hablado al mismo tiempo. Finalmente, Linda les explicó:

—Perdonad, es que estamos un poco nerviosos... ¿Habéis visto a nuestra hija? Con el ajetreo de la mudanza no nos hemos dado cuenta de que se alejó del jardín. Es una niña de trece años, con una imaginación desbordante... ¡Le encanta explorar!

—Tenemos miedo de que se haya perdido en el bosque.

Los hermanos se interrogaron con la mirada.

—Lo siento, pero no la hemos visto. ¿Queréis que salgamos a buscarla? Llevamos toda la vida viviendo en Lark Creek y nos conocemos estos bosques como la palma de nuestra mano.

—De verdad, no queremos molestar... Pero si la veis, por favor, llamad a este número —Paul les tendió una tarjeta.

—De acuerdo. ¡Que vaya todo bien!

Sin embargo, en cuanto el matrimonio se marchó, May Belle le preguntó a Jesse:

—¿Crees que está en...?

—Vamos.

Los hermanos se introdujeron en el bosque, dirigiéndose directamente hacia el arrollo. Para atravesarlo había un puente de madera que, en cuanto pusieron un pie sobre él, se transformó en un puente dorado con las barandillas exquisitamente decoradas. Al otro lado, los árboles se abrieron y revelaron un reino escondido entre las montañas. Un trol les dio la bienvenida.

—Buenas tardes, Janice. Por casualidad, ¿no habrás visto a una niña?

—¡Sí, mi Princesa! La Reina por fin ha regresado.

Los hermanos palidecieron.

—¿Y dónde se encuentra... la Reina?

—En la Fortaleza del Árbol.

Cuando treparon hasta lo alto de la Fortaleza del Árbol, se encontraron con una niña rubia y delgaducha vestida con ropa extravagante y botas blancas.

«¡Es imposible!» Jesse sintió como si se le parase el corazón. La niña se giró hacia ellos, sus ojos tan azules como el cielo, y les dedicó una amplia sonrisa.

—¡Hola, soy Lisa!

«Claro que no es Leslie, iluso.»

May Belle se recompuso mucho antes que su hermano y se arrodilló ante ella.

—Encantada, Lisa. Yo soy May Belle...

—¡Qué nombre tan bonito!

—Y él es mi hermano Jesse, aunque todos lo llamamos Jess. ¿Sabes que tus padres están muy preocupados buscándote?

La expresión de la niña cambió al instante.

—Oh, lo siento... Crucé el puente y llegué hasta... ¿Dónde se supone que estamos?

Por fin, Jesse encontró de nuevo su voz para responder:

—Estamos en Terabithia.

 

 

 

 

 

Más puentes

La convocatoria