Desayunos artesanos: Día 1

¡Ché, criaturillas indefinidas!

Hoy me animo con el primer reto quincenal de Artesanos de la Palabra: Desayunos Artesanos. En primer lugar, nos presentan un fragmento de la película argentina "Esperando la carroza" (1985) en el que uno de los personajes entra en un coche comiendo una empanada y tiene una pequeña conversación con el copiloto. El reto: debemos introducir algunas de estas frases en nuestro texto, en aproximadamente 300 palabras. ¿Os apuntáis?

A continuación, os dejo mi aporte:

Foto de Artesanos de la Palabra

 

TRES EMPANADAS

      Aquel día Phoeve decidió ir un paso más allá con sus robos; las golosinas estaban muy bien, pero al fin y al cabo no quitaban el hambre. Se introdujo sigilosamente en la cocina de la casa e inspeccionó el lugar. En la despensa había cereales, conservas, azúcar, sal... De repente, oyó que alguien se acercaba, así que agarró sin pensar lo que había encima de la mesa y atravesó con rapidez la ventana.

      Corrió hasta su refugio secreto, donde Jak la estaba esperando.

      —¡Phoeve! ¿Has traído comida?

      La niña chasqueó la lengua y exclamó:

      —¡Qué miseria, ché! Qué miseria... ¿Sabés lo que tenían para comer? 

      Jak miró el interior de la bolsa de comida.

      —Empanadas —respondió.

    —Tres —matizó ella dramáticamente—. ¡Me partieron el alma! Tres empanadas que les sobraron de ayer para dos personas. ¡Dios mío, qué poco se puede hacer por la gente! 

      —Bueno, ayer había más...

    Phoeve lo acalló, negando con la cabeza.

      —Lo único que se puede hacer es no pensar, porque si no... —Hizo un gesto con la mano como de volverse loca. Seguidamente se llevó una empanada a la boca; era de matambre de vaca, cebolla, ajo rehogado, comino, pimienta y pimentón—. ¡Huuuuum! Está riquísima...

      Jak cogió otra. La suya era de lomo, aceitunas, ajo, tomate pelado, ajies, pasas, orégano y pimentón dulce.

      —¡Sí, mi madre tiene una mano maravillosa para las empanadas!

   Se mantuvieron en silencio unos minutos mientras masticaban las empanadillas. Al cabo, Phoeve comentó:

      —Puede que tu familia sea pobre, pero tenéis mucha suerte.

      —¿Por qué lo dices? —preguntó Jak extrañado.

      —Porque es una pobreza digna. ¿Compartimos la tercera empanada?

 

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