HASTA LA MUERTE TIENE CORAZÓN

 

¡Hey, hou, criaturillas indefinidas!

Os presento la Variété de Noviembre: Terroríficamente. Esta vez Gin nos anima a enfocar nuestros textos en las consecuencias generadas por haber vivido un escenario terrorífico en la vida real. Podemos narrar una historia o componer un poema, donde además contaremos las secuelas que ha dejado dicha experiencia. Para ello, nuestra amiga nos propone inspirarnos en una serie de fotografías e ilustraciones de este género. Y aunque todas son impresionantes, yo tuve claro, desde el primer momento que la vi, qué artista iba a elegir.

Annita Maslov comenzó como una ilustradora freelancer que, al percatarse de que la mayoría de sus encargos eran para tatuajes, decidió redirigir su carrera profesional. Actualmente, es la co-propietaria del estudio de tatuaje The Scarlet Temple en Melbourne. Sus obras son místicas y mágicas, delicadas y oscuras al mismo tiempo, y se pueden encontrar tanto en papel... como en la piel de cientos de personas.

¡Aún tenéis tiempo para participar en el reto! Sin más dilación, aquí va mi relato...

 

©Annita Maslov

 

 

      HASTA LA MUERTE TIENE CORAZÓN     

Estoy exhausta.

Soy tan vieja como la vida misma, y los años y las vivencias me pesan en los huesos como si estuvieran compuestos de plomo. Mis tres ojos han visto cómo se construían civilizaciones y se erigían Imperios; y cómo, tarde o temprano, todos acababan reducidos a cenizas. ¿Pero qué es el tiempo para una criatura inmortal como yo?

He cantado canciones que hace milenios quedaron olvidadas. He escuchado cuentos y leyendas que se han perdido en la memoria. He leído todos los textos del mundo y me he encontrado como protagonista en muchos de ellos. He reído, he llorado, me he enfadado y he sentido miedo. He acariciado el alma de todas las personas, he llegado a su corazón y ellas han llegado al mío. ¡Hasta yo tengo corazón!

Pum, pum. Pum, pum. Mi corazón palpita en su jaula de hueso, despacio, muy despacio...

Estoy e x h a u s t a.

Cada vez me cuesta más sentir otras emociones y sólo trabajo, trabajo, trabajo... ¿Por qué tengo tanto trabajo? Actualmente hay ocho miles de millones de personas en el mundo; el doble de nacimientos que de muertes. Y aún así, ¿por qué pesa más la muerte que la vida?

¡Si al menos todas las muertes fueran naturales e inevitables! Pero hay tanta violencia, tanto dolor, tanto terror. En mi nariz se ha instalado permanentemente el olor de la pólvora y en la lengua noto el sabor de la sangre. Ya no me quedan lágrimas, mi garganta está quemada y mi piel ha quedado cubierta de moratones. Al menos, cuando las personas exhalan su último aliento dejan de sufrir. ¿Qué puedo hacer yo con las personas muertas en vida?

Las acompaño. Me ha acompañan. Pum, pum. Pum, pum. Encontramos consuelo en el arte, en las flores, en el amor. ¡Hasta yo he amado y he sido amada!

Estoy

exhausta.

Cierro el ojo izquierdo, el del pasado. Cierro el ojo derecho, el del presente. Y veo por el tercer ojo, el de mi frente, el futuro. Es una buena razón para seguir viviendo.

 

 

©Annita Maslov

NOTAS:

[1] Worldometer para ver las estadísticas mundiales a tiempo real.

[2] La frase «Hasta la muerte tiene corazón» aparece en la novela La ladrona de libros, de Markus Zusak.