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SER O NO SER






Creo que no hay nada mejor para empezar una entrada que la sinceridad, así que os diré directamente lo que pienso: estoy cansada de las etiquetas.
Me ha costado horrores seguir la frase de "SER O NO SER" en este caso, cuando he elegido como tema principal eso que seguro que os suena y que se denomina feminismo. Sí, porque hoy voy a hablar de feminismo, o al menos de aquello que yo entiendo como tal. Entonces, Dafne... ¿Por qué no titular el post "SER O NO SER FEMINISTA"? ¿Por qué dejar la frase incompleta? No, no he cometido ningún error, y espero que al final del artículo comprendáis mis razones.
Bueno, quizás en esto no he sido del todo sincera, mis disculpas... Mi primera primerísima idea fue hablar sobre el machismo —en efecto, "SER O NO SER MACHISTA"— pero me parecía un crasso error obviar aquellas injusticias que también imparten las mujeres sobre los hombres, aunque de eso también hablaremos más adelante.
«¡Cuántos problemas con el vocabulario!» diréis. Well... A mí me gusta expresarme lo más correctamente posible para que no haya malentendidos, así que elijo cuidadosamente mis palabras, empleando aquellas que creo que serán las más acertadas para transmitir mi idea. Os confieso que este caso ha sido uno de los que más vueltas le he dado, pero al final he llegado a varias conclusiones:

En lo que se refiere a informarme y contrastar información para formar una opinión, me resulta agotador tratar de entenderos, puesto que a cada cual que pregunto y cuando busco en los distintos lugares de Internet, me encuentro con respuestas completamente distintas a las anteriores. Que si el "feminismo" no es igualdad, sino que es la consecuencia de ello puesto que lo que en verdad implica es "la liberación de la mujer", que si el "feminismo" es igualdad, que si es lo contrario que el machismo... ¡Ajjjjj! Cuando por fin parece que lo entiendo, alguien me rompe todos los esquemas. Porque al final... ¿Qué es válido? Y entramos en la paradoja sobre la verdad...

¿Qué es verdad, eh?

¡Ding, ding, ding!

Conclusión 1: Yo misma.

. Tú y tu propia opinión. Y será la cierta hasta que te demuestren lo contrario; y, si eres inteligente, cuando eso ocurra la cambiarás por esa nueva verdad para convertirla de nuevo en tu opinión.
Además, todo el día nos bombardean con opiniones y verdades, desacreditando informaciones mientras tú misma eres desacreditada —y lo empleo en femenino porque yo soy un ente femenino, no porque sólo nos pase a mujeres—. Así que como la mejor forma que tenemos de aprender y de expresarnos es llevar la acción a nuestra propia experiencia, ¡eso haré!, argumentar con lo que he vivido, lo cual va a ser lo único que vosotros no podréis discutir a menos que formaseis parte de la anécdota (con lo cual podríais aportar vuestro punto de vista).
Por eso busco conocer... Entender.
Entonces, ¿a qué recurro cuando dudo? ¿Qué utilizo como mi punto de partida?

Conclusión 2: Los diccionarios
(en particular, el DRAE, aunque también emplearé la Wikipedia)



Es cierto que los diccionarios son escritos por personas que también pueden equivocarse, de ahí a que no recurra a ellos con una fe ciega, pero al final son sobre los que me apoyo. De modo que vayamos al grano, que ya estoy tardando, hablemos de términos en crecendo... y critiquémoslos.




Machismo

1. m. Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres.

No hay mucho que rascar aquí. Para mí, una persona machista ―¡ojo! Persona; eso incluye tanto a mujeres como hombres―, es aquella que considera inferiores a las mujeres con respecto los hombres. Simplificando mucho, si respecto a un comportamiento que me resulta injusto, vejatorio, malvado, yo pregunto: ¿por qué haces eso? Y esa persona me responde: Porque es una mujer, entonces es machista. Con la homofobia la respuesta sería “Porque es homosexual”, con la xenofobia sería “porque es extranjero”, etc.
Existe un amplio debate sobre aquellas actuaciones que son o no machistas. A mí me gusta más analizarlas individualmente, porque al fin y al cabo cada persona somos diferentes y tenemos nuestras razones, nuestra cultura, nuestras circunstancias, nuestra educación. Pienso que hay que tener todos estos factores en cuenta, pues para mí forman parte de aquella ecuación que va a desembocar en la escena-a-analizar-en-particular. No me gusta generalizar. Generalizar tiene sentido, en el sentido de que si generalizas es porque se da un patrón, pero reducir a las personas a cifras me parece otro crasso error —sí, esta entrada está llena de crassos errores—.

Relacionado con el machismo:

Patriarcado

5. m. Sociol. Organización social primitiva en que la autoridad es ejercida por unvarón jefe de cada familia, extendiéndose este poder a los parientes aun lejanos deun mismo linaje.

La Wikipedia también añade:
En los estudios feministas y varios estudios sociológicos, históricos, políticos y psicológicos, el término patriarcado es utilizado para describir una situación de distribución desigual del poder entre hombres y mujeres en la cual los varones tienen preeminencia en uno o varios aspectos, tales como la prohibición del derecho al sufragio, la regulación de los delitos contra la libertad sexual, la violencia de género, los regímenes de custodia legal de los hijos, la doble moral según el género, el sexismo en el lenguaje, mecanismos de invisibilización, la determinación de las líneas de descendencia (filiación exclusivamente por descendencia patrilineal y portación del apellido paterno), los derechos de primogenitura, la autonomía personal en las relaciones sociales, la participación en el espacio público ―político o religioso― o la atribución de estatus a las distintas ocupaciones de hombres y mujeres determinadas por la división sexual del trabajo.

En este apartado voy a hablar aún menos que en el de machismo: está muy claro que en la mayor parte del mundo el sistema institucionalizado es un patriarcado, y que eso ha de ser cambiado.

¿Y qué pasa con el matriarcado? Hablemos de ello:



Matriarcado

1. m. Organización social, tradicionalmente atribuida a algunos pueblos primitivos, en que el mando corresponde a las mujeres.
2. m. Predominio o fuerte ascendiente femenino en una sociedad o grupo.

Volvamos a la Wikipedia:
No se tiene evidencia de sociedades en las que existiendo una distribución desigual del poder entre hombres y mujeres, las mujeres tuvieran preeminencia sobre los varones; al contrario de lo que sucede en el patriarcado, donde los hombres son los que poseen preeminencia respecto de las mujeres. Las sociedades realmente existentes donde las mujeres tienen un lugar distinto al patriarcal son llamadas matrilineales, matrilocales o matrifocales.

¿Ahora entendéis mi frustración con el vocabulario?
Otra palabra que puede llevar a error:

Hembrismo

En el DRAE simplemente no existe, y según la Wikipedia:
Hembrismo es un neologismo en español usado para referirse a la misandria o desprecio a los hombres. El término se ha ido popularizando y ha sido definido como autoritarismo contra los varones, sesgos de género que perjudican a los varones en acciones u opiniones, o al uso interesado del prestigio político ganado por el feminismo para promover un ideario represivo contra los hombres. La palabra ha sido construida en analogía a la palabra machismo.

Admito que utilizo el término. Lo hago porque día a día me encuentro tanto con acciones machistas como hembristas, ¡o denominarlas como queráis!, en resumen, que desprecian a uno u otro género. Y ambas me parecen deplorables. Sí, quizás las sociedades matrilineales y los casos de misandría se dan minoritariamente y de forma individual, pero en mi opinión no por ello se deben pasar por alto o "negar de su existencia". Estamos hablando de acabar con las injusticias ¿no? Pues no cerremos los ojos, ¡no generalicemos!, aunque duela que las mismas mujeres puedan resultar machistas o considerarse seres superiores a los hombres.

Y ya llegamos a la guinda del pastel:

Feminismo

1. m. Ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres.
2. m. Movimiento que se apoya en el feminismo.

Primero, me ha sorprendido el denominarlo "ideología" —o quizás me ha sorprendido que me sorprendiera— ya que así, si me lo sueltas tal cual en ese juego de ¿qué es lo primero que se te pasa por la cabeza cuando te digo tal palabra? mi mente lo relaciona con "política". Entonces me he dicho: «A ver, Dafne, que una ideología es el "conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político"» Bien. En este caso primer punto aclarado en mi cabecita (yo me lo imagino algo así como miles de millones de cilios luminosos que se enredan unos con otros haciendo nudos cada vez que hilo cabos)



Sí, eso son neuronas haciendo las sinapsis...

Segundo, no llego a comprender que la acepción que implica "tener los mismos derechos que los hombres" se pueda considerar errónea... ¡o hasta machista! En mi opinión, esa frase simplemente expresa que se debe considerar a las mujeres tan válidas en derechos humanos como a los hombres. ¿Podría estar mejor expresado? Quizás. O quizás el problema reside en que si los seres humanos le buscamos 5 pies al gato, al final los acabamos encontrando.

Tercero, e hilando con la "erroneidad" (¿por qué no existe esta palabra? E-rro-nei-dad, a mí me suena bien...) de la idea anterior, muchas personas prefieren considerar que el feminismo es la liberación de la mujer, lo cual la llevaría a la igualdad de género. No me parece una idea del todo ni buena, ni mala, ¡sí incompleta!, porque en mi opinión la primera proposición me resulta continuación de la otra y viceversa, como si hicieran un círculo: tanto la liberación de la mujer conduce a la igualdad de género, como la igualdad de género conduce a la liberación de la mujer, y a algo que también me resulta muy importante, a la liberación del hombre.
«¡Oh, Dafne, qué acabas de decir!»
Sí, lo que acabáis de leer. También hay que liberar al hombre de las ideas machistas. Hay que liberar a todas las personas sin distinción alguna, porque esa es la única manera de encontrar el verdadero equilibrio, cuando hombres y mujeres estemos unidos en una misma lucha. ¿Es lo que se pretende, no?
Por esa razón no me gusta el término de “aliado feminista”, en ese sentido de que a un hombre no se le pueda denominar “feminista”. ¿Cómo que aliado? ¡Todos somos aliados en esta lucha! ¿Por qué los hombres no pueden defender el feminismo como feministas, eh? ¿Porque son hombres? U otro ejemplo similar: ¿yo no puedo estar en contra de la homofobia porque no soy afectada directamente por ella, simplemente porque mi orientación sexual no es la homosexual? De verdad que no lo entiendo; para mí está tan claro como querer acabar con algo que atenta contra los derechos humanos, y debería dar igual que las personas que luchen tengan vagina, pene, se travistan, sean homosexuales, bisexuales, heterosexuales, asexuales, hermafroditas…

A continuación, la pregunta del millón:

Para mí, ¿cuál es la definición "perfecta" de FEMINISMO?



Mirad, para mí el feminismo es eso que Kant denominaba un imperativo categórico. Además, llamarlo "igualdad"... Me chirría esa palabra. Yo diría más bien "equidad". Sí, exacto. ¡Y empleándola asimismo para cualquier persona!, ya no solo en cuanto al género, color de piel, sexualidad (que al fin y al cabo, ¿quién eres tú para meterte en la intimidad de una persona?), etc. ¡Parecerá lo mismo! Pero no.
Primero, ambas provienen de palabras latinas distintas: aequalitas-atis y aequitas-atis, y segundo, significan ligeramente diferente, aunque para mí ese "ligeramente" es suficiente. Para explicarlo me quedo con la segunda acepción de Equidad:
Bondadosa templanza habitual, propensión a dejarse guiar, o a fallar, por el sentimiento del deber o de la conciencia, más bien que por las prescripciones rigurosas de la justicia o por el texto terminante de la ley.
Es ese sentimiento del deber, también kantiano, lo que me gusta. ¡Es lo que me parece más justo! Ya que cada persona es distinta a la otra, nunca igual, y está rodeada de circunstancias diferentes y, como tal, debe ser tratada en consecuencia, atendiendo a esos factores (como cuando hablábamos de juzgar una acción machista).
Me podríais decir: “Dafne, eso no es ser feminista, eso es ser justo”. Sí, y es que el que me pregunten si soy feminista o no me parece una chorrada, puesto que la respuesta resulta clara.
Ah, quizás no ha quedado claro…

¿Soy feminista?

Es ahora cuando retomo las etiquetas.

¡No me etiquetéis! El feminismo no me define, lo que me define es mi forma de ver el feminismo. De la misma manera, comparto ideas anarquistas, comunistas e incluso capitalistas, pero no por ello soy lo uno ni lo otro. Me encanta la filosofía de Nietzsche pero no me considero nihilista. Me considero afine a ciertas teorías de Platón y a otras de Aristóteles. Practico deporte; fútbol, rugby y carrera continua, sobre todo. Bailo; ballet, hip hop, vals… ¡Lo que esté sonando en la radio mismamente! Escribo. Dibujo. Estoy enamorada. No soporto a las personas que se dedican a romper las ilusiones y la fe de otras. Soy agnóstica. Me gusta el chocolate. Odio las anchoas. ¡Soy muchas cosas! Y si has de etiquetarme, sólo responderé a una etiqueta:





PD. Os animo a que discutáis todo lo que deseéis mis opiniones, ya que siempre estoy dispuesta a replantearla ya sea para corregirla o reafirmarme en ella, y estoy planteándome en postear algunos casos concretos de injusticias para mantener un hilo de debates (me hubiera gustado incluirlos en esta entrada... pero entonces me habría quedado infinita *-*) ¿Qué os parece? De la misma manera, vosotros podéis proponerme nuevos temas, o que incida más en aquellos que han podido quedar más en el aire, por ejemplo.
Ante todo, muchísimas gracias por leerme.

¡Hasta pronto!


6 comentarios:

  1. Lo primero de todo: me encanta que hayas escrito este artículo, es un tema a debate muy interesante y de mucha controversia.
    Ya dicho esto, coincido contigo en casi todo: no me gustan ABSOLUTAMENTE NADA las generalizaciones pero en cuanto a la etiqueta de "feminista".... Sí; YO SOY FEMINISTA. Y lo gritaria a los cuatro vientos, porque defiendo la igualdad entre distintos sexos, entre distintas etnias, entre distinta orientacion sexual, etc.
    También en el punto de matriarcado tengo un debate interno ya que, a su vez, me falta informacion: es imposible saber con certeza si existen minimatriarcados pero en mi opinion, la sociedad entera existente es patriarcal.
    Y creo que no me dejo nada porque en el resto me parece que coincido contigo��
    Deseosa de leer más sobre este tema
    Tu peor pesadilla ;) ��

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    1. Hey, hou, mi querida Pesadilla!
      Me encanta que te haya gustado y me alegro de que estemos en casi todo de acuerdo. Los matices que recalcas son muy interesantes (¡ay, las malditas generalizaciones!) y cómo ambas nos sentimos horrorizadas por las injusticias que se dan día a día. A mí, como ya he comentado a lo largo de la entrada, me parece imprescindible luchar poquito a poco para acabar con ellas; es innegable que "globalmente" nos encontramos en un patriarcado, pero no por ello debemos ignorar que también se pueden dar los casos contrarios.
      ¡Un besazo, preciosa!
      Mil gracias por tu comentario ;)

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  2. Sí, estamos llenos de etiquetas y de términos que definen una cosa u otra y en la mayoría de los casos solo califican de manera superficial. En mi opinión hablar de machismo o feminismo ya es clasificar dos tendencias de sexo y oponerlas, cuando en realidad deberíamos hablar de discriminación como un término general, personalmente no comparto que machismo sea un término negativo y feminismo sea uno positivo, o al menos tomado como algo reivindicativo. Todos los hombres tenemos conductas machistas, solo por ser hombres, pensamos como tal por algo natural, y al contrario igualmente las mujeres por lo obvio, pero si les ponemos etiquetas calificando esas conductas, llegamos a lo que conocemos por machismo y feminismo. Etiquetas sociales que ya nos dividen.

    La vida y el mundo debería ser más simple y lo complicamos calificando todo y abanderando comportamientos cuando lo mejor es la equidad de géneros y que eso conlleve a una mejor convivencia sin discriminaciones, prejuicios o aberraciones que desencadenan en tragedias.

    Aunque creo que el mundo nunca conseguirá esa evolución para vernos todos como iguales, con igualdad de derechos, con las mismas posibilidades en la vida. Y eso es realmente lo triste.

    Dulces besos Dafne y dulce semana.

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    1. Si recuerdas, cinco años más tarde publiqué: https://indefinidamenteeneltiempo.blogspot.com/2021/11/ser-o-no-ser-parte-2.html, que contiene una opinión más actualizada y se extiende más en la terminología.
      Las etiquetas siempre son complicadas, porque dependen del significado que les da cada persona. Es cierto que "feminismo" parece implicar lo contrario que "machismo", cuando eso es "misandría". El feminismo es reivindicativo porque el sistema sigue siendo machista, por lo cual es necesario luchar contra él. Todos las personas (no sólo los hombres) tenemos conductas machistas. El pensamiento no es biología, es construcción social. De hecho, el ser humano se diferencia de los animales porque puede hacer uso de su inteligencia para sobreponerse a esas "limitaciones biológicas". Que lo más cómodo sea emplear dos etiquetas (mujer/hombre para asociar hembra/macho humano) no implica que sea lo más equitativo; ocurre lo mismo con cualquier sustantivo, a más etiquetas y conceptos, más riqueza. De ahí que la existencia de múltiples etiquetas lleven a una sociedad más justa. Romper esquemas es necesario, ¡aunque cuesta!
      Y sí, es triste que los Derechos Humanos no sean la prioridad. Esto se ve en cualquier noticia, ya sea con crímenes de violencia de género, violaciones grupales, guerras, terrorismo...
      Ojalá todo esto cambie.
      Dulces besos violetas

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    2. Pues yo preferiría no tener etiquetas, discrepo en eso de que al haberlas sea una sociedad más justa, creo que al contrario, etiquetarnos nos separa cuando en realidad todos deberíamos ser considerados de la misma forma. Tal vez sí, una etiqueta hace visible "a alguien" dentro de una sociedad. Y dudo mucho de que eso cambie, pero dicen que la esperanza es lo último que se pierde, confíemos.

      Dulces besos como el arcoiris.

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    3. ¡Hola, Dulce!
      Ah, es que creo que esas etiquetas que nos diferencian son las que nos llevan a la más importante: nuestro propio ser. El problema es que la humanidad ve "lo diferente" como una amenaza. La equidad tiene en cuenta esas diferencias, mientras que la igualdad no las considera, por eso la primera me resulta más justa.
      Por supuesto, a veces las etiquetas se emplean como un arma de doble filo. Y cada persona es libre de emplear sobre sí misma las etiquetas (o no-etiquetas) que considere, incluso cambiando de opinión con el paso del tiempo.
      Nuestro deseo es el mismo: que acaben las injusticias.
      Dulces besos arcoíris 🌈

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