¡Hey, hou, criaturillas indefinidas!
No quería faltar a la Variété de Febrero: Resiliencia, de nuestra querida amiga Ginebra, quien tras mucho luchar ha regresado con su hermosa Serendipia.
Esta vez Gin nos propone como tema la resiliencia, inspirándonos con las obras de Elly Liyana Ruslan, una ilustradora y diseñadora originaria de Singapur, pero que actualmente vive en Tailandia. Elly mezcla vivencias propias, con recuerdos y anhelos que tiene puestos en el devenir. El resultado, es una obra llena de sentimiento, arraigo a la naturaleza y belleza.
Sin más dilación, aquí va mi relato...
RESILIENCIA
Suele decirse que hay que ser duro como un diamante. De hecho, el nombre de esta piedra preciosa deriva del griego antiguo ἀδάμας (adámas), de ἀ-, «sin» y δαμάω (damáō), «yo gobierno, yo domo», por lo que vendría a significar «irrompible, indomable».
Cuando estudias ciencia de materiales constatas que, efectivamente, el diamante indica la máxima dureza de la escala de Mohs, pero que si le das un golpe se rompe con relativa facilidad. Esto es porque lo contrario de «frágil» no es «duro», sino «tenaz»; la dureza indica la capacidad de ser rayado, mientras que la tenacidad indica la capacidad de absorber energía hasta romperse. En la misma línea tenemos la resiliencia, que indica la capacidad de absorber energía hasta deformarse.
Me pregunto cuántos golpes ha de dar la vida para que una persona llegue a su límite, cuánto ha de esforzarse hasta quedar completamente deformada. Eso sí, he llegado a la conclusión de que prefiero no ser un diamante. En su lugar, prefiero ser un poco más blanda, pero tenaz y resiliente como un acero.
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©Elly Liyana Ruslan |
Es muy buen planteo, me gusta tu forma de salir del pensamiento usual. Besos.
ResponderEliminarDeformarse, perder la forma, pero no la esencia que a fin de cuentas es lo que nos hace resilientes y ciertamente mejor ser blando, no como signo de debilidad, sino como signo de absorber y de lo absorbido quedarnos con lo mejor. Y tú no eres un diamante, eres toda una joya encandilante.
ResponderEliminarDulces besos blandos y suaves y dulce mes.
El límite de esos golpes los debemos poner siempre nosotros.
ResponderEliminarUn texto muy interesante.
No siempre lo blando es lo débil, y lo duro, lo fuerte.
Un besote grande Dafne.