¿JUGAMOS? SÍ

     En la nota leí:

Veinte escalones has de subir

luego gira a la izquierda

y busca tu seña para el juego seguir.

     Miré a mi alrededor. Algunas de las invitadas ya ascendían por la escalinata, lo cual redobló mi curiosidad. Antes de retirarme del baile hice una reverencia hacia Dulce para que supiera que aceptaba el juego. Él me sonrió con dulzura y continuó danzando.

     Con las manos recogí las faldas de mis vestido para no pisármelas en el ascenso. Uno, dos, tres... diecinueve, veinte escalones. Los tacones repiqueteaban contra la piedra y las velas temblaban desde los candelabros a mi paso. La segunda planta daba a laberínticos corredores llenos de puertas. ¿Cuál sería la seña? Entonces, me fijé en que en los pomos había diferentes objetos colgados...

     Un collar de perlas... María...

     Una manzana... Mag... 

     Unas zapatillas de ballet... Ginebra...

     Un lazo rojo... Precious...

     Unas hojas de laurel... Dafne.

     Me detuve frente a mi puerta y, sin poder evitar que mi corazón se acelerase, giré el pomo.

     La sala era pequeña. En el centro había una mesita sobre la que había un papel doblado y al fondo percibí otras dos puertas.

Antes de continuar

una prenda

has de pagar.

     Con un poco de dificultad me quité una de las medias, ruborizada. La coloqué junto a la nota y seguidamente caminé hacia las puertas. En la de la izquierda observé un gran murciélago grabado, mientras que en la de la derecha había un león.

¿Cuál debía traspasar?

Murciélago                                  León