TRADUCTOR

CERRAR DESPACIO EL ABANICO

     Cerré despacio el abanico, dejando muy claro que acepataba jugar. Así que Dulce se llevó el abanico a la oreja derecha y yo me dispuse a subir por la escalinata.

Tercera planta.
Puerta cinco.

     Me abrí paso entre los bailarines, los amplios vestidos y los abanicos que se agitaban aquí y allá.





     Con las manos recogí las faldas de mis vestido para no pisármelas en el ascenso. La primera planta era en la que se encontraba el salón. La segunda planta la había visitado en mi segundo baile. ¿Qué habría en la tercera y última planta? Los tacones repiqueteaban contra la piedra y las velas temblaban desde los candelabros a mi paso. La tercera planta también conducía a laberínticos corredores llenos de puertas. Para mi alivio, todas estaban numeradas. 
     1
             2
                     3
                                4
                                         5 
     Me detuve frente a mi puerta y, sin poder evitar que mi corazón se acelerase, giré el pomo.
     La sala era pequeña. En el centro había una mesita sobre la que había un papel doblado y al fondo percibí otras dos puertas.

Antes de continuar
una prenda
has de pagar.

     ¡Cómo le gustaba a nuestro anfitrión que pagásemos con nuestras prendas! Me quité los guantes verdes y los coloqué junto a la nota, con una sonrisa pícara impresa en mis labios. Seguidamente caminé hacia las puertas. En la de la izquierda había una estrella grabada, mientras que en la de la derecha había una luna.


¿Cuál debía traspasar?

Estrella                                  Luna



2 comentarios:

  1. Por suerte llevabas guantes ;) Yo sigo la puerta "Estrella"...

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    1. Este año lo tenía todo pensado ;)
      ¡A por estrella, entonces!

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