El amor:
El secreto peor guardado del
mundo excepto para ti, pues la mayor parte de las veces ocurre que los de tu
alrededor saben que estás enamorado mucho antes de que tú mismo te des cuenta.
Todos se te acercan y te preguntan quién es el afortunado o
afortunada, y tú lo niegas rotundamente. ¡Y eres sincero! Aunque dicha persona
no crea la negación. Claro que empiezas a pensar en ello cuando te lo preguntan
dos o tres personas en un lapso de tiempo relativamente corto, como en una
semana, y cuando la cifra se estrecha a dos preguntas al día sobre el tema, ya
hay un 99,9% de probabilidades de que sea cierto.
«¿Y si de verdad estoy enamorado?»,
te preguntas.
LO ESTÁS.
Aún no sabes cómo has llegado a ese punto ni por qué,
pero lo estás. Y es que el amor es un sentimiento… complicado.
Podríamos decir que es una
especie de parásito. Sí, porque se aloja en tu pecho y se ceba de tus
sentimientos y pensamientos más profundos sobre esa persona en particular, y a
ti no te queda más remedio que sufrir y cargar con él, pues de momento no
existe una cura que lo combata, ni siquiera cuando dejas de amar a alguien,
porque lo más probable es que llegue otra persona que parasite de nuevo tu
corazón y te haga sucumbir al mismo círculo.
El amor es... como una obra de arte.
Al principio solo hay trazos.
Líneas abstractas en el lienzo en blanco que aún hay que dar forma. Luego se
ponen las primeras capas de color. El fondo, el suelo (si lo hay), un cielo, un
paisaje… y luego la figura principal. Ésta es la que más cuesta de detallar. Vas
conociendo a esa persona, y a medida que te revela su alma (y tú le revelas la
tuya, mal que te pese), vas completando el cuadro. Una ceja que adoras que
enarque cuando está bromeando. Una media sonrisa que hace que te derritas el
día más frío del invierno. Unos ojos verdes llenos de vida, fulgurantes como
llamas… No es una persona ni muy guapa ni muy fea, pero tiene esos detalles que hacen que pierdas la cabeza y la convierten en una
persona realmente hermosa.
De esta manera se pinta el amor,
que crece, y crece, y crece ¡y crece!, y ve todo el mundo probablemente antes
que tú, al menos hasta que no llega el momento en el que te preguntas: «¿De
verdad estoy enamorado?»
La mayor parte de las veces es
una pregunta retórica que se convierte en un indicativo, pues cuando llegas a
ese punto de la historia ya es demasiado tarde:
Lo estás.
Pocas veces he leído una definición tan categórica del amor, porque exactamente así sucede cuando nos enamoramos. Y qué bonito es enamorarse, pero más aún cuando también se enamoran de nosotros.
ResponderEliminarDulces besos para enamorar <3
En efecto, qué bonito es el amor...
EliminarDulces besos <3