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Relato juevero: cuentos numéricos


LOS DIEZ NEGRITOS

Desde los doce más o menos pasábamos las tardes pateándonos las calles, abriendo nuestros ojos al mundo. Al principio éramos sólo los tres amigos de siempre; nuestro territorio se extendía un kilómetro a la redonda. Luego empezamos el instituto, conocimos más gente (de tres pasamos a ser cuatro, cinco, seis...), nuevas aficiones, y nuestro territorio se extendió. Nuestros paseos por las tardes dejaron de ser errantes y pasaron a tener un destino fijo:
 La Plaza de los Ladridos
Allí se juntaban ladridos de todos los barrios, etnias, géneros y edades, aunque la media estaba en dieciocho años. Allí es donde encontramos nuestra pasión, nuestra vía de escape, nuestro interés por las letras y la música.
El primer día que ladramos apenas nos salían las palabras y uno de los perros veteranos nos recomendó el diccionario como lectura de cabecero, que escuchásemos muchas canciones, que imitásemos y luego rompiéramos con las rimas ya hechas, rehechas y deshechas para encontrar nuestro estilo. Nos dijo que cualquiera puede aprender a rimar; lo difícil es aprender a sentirlo y a hacer sentir a los demás.
Entrenábamos mucho. Nuestras notas en clase se dispararon al alza, sobre todo en Lengua, donde sacábamos dieces. Nos acostumbramos a ese número y acabamos fijándolo en nuestra pandilla. Mejoramos mucho y en la Plaza empezaron a conocernos como Los Diez Negritos; realmente éramos seis chicos y cuatro chicas, pero ya sabéis lo difícil que es el lenguaje inclusivo. Ladrábamos juntos y por separado. Pronto hizimos marca en la gente que nos escuchaba.
Nunca he entendido la aversión al rap que tienen algunas personas. ¿Que es violento? ¿Que es machista? Las personas lo son, no los géneros de música. El rap nació para quejarse, para dar voz a colectivos oprimidos. Eso es lo que no os gusta, que nos quejemos, que contemos nuestras historias. No queréis pararos a escuchar. ¿Y esa excusa barata de que no os gusta el ritmo? Con el paso del tiempo he escuchado mucho rap, y puedo asegurar que es uno de los géneros más versátiles porque acepta ritmos de cualquier tipo; de hip hop clásico, de blues, de rock, de flamenco, de salsa, de bachata, de ópera... o a capela. ¡Tenéis donde elegir! Y si no sabéis por dónde empezar, os puedo recomendar en varios idiomas, incluso en ladridos.
Larga vida al Rhythm And Poetry.







15 comentarios:

  1. Olé, Dafne, tu relato rezuma ritmo! Sean 9, sean 10, es una pequeña multitud que se une y quecRsrrrreúne. Ojalá haga cantar a todos.
    Gracias por participar y un beso

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    1. ¡Gracias a ti por anfitrionar, Dorotea!
      Un besazo lleno de ritmo ;)

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  2. El Rap como tal es un arte, y una de las formas de expresión más legitimas de quienes viven en las urbes, por ende es más música urbana que otras que ahora se hacen llamar así, porque el Rap es solo música y expresión vocal, que como dices puede ir en cualquier ritmo musical. Una expresión contestaria, porque así nació. Buen relato Dafne, si supiera rapear, rapeo mi comentario :)

    Dulces besos para ti y dulce fin de semana.

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    1. Totalmente de acuerdo. Además, los raperos no dejan de ser poetas con sus letras, así que algo de rapero tienes, sólo falta un fondo de música ;P
      Un besazo y dulce finde, Caballero

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  3. Bien por esta pandilla de chicos que en la música ha encontrado una motivación, una voz para reivindicar. Pero como dices, no todo el mundo lo capta. Muy original tus 10 negritos.

    Bss.

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    1. Me alegro de que te haya gustado y resultado original, Mar.
      Gracias, un besazo

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  4. Que buena historia.
    Me gusta eso de Plaza de los ladridos. Son la forma en que los perros imitan as voces de los humanos. Y un ladrido puede ser una forma de protesta. Como lo es el rap.
    Es cierto que es verátil y que ha representado a los oprimidos. Y puede seguir siéndolo.
    Que buena historia.
    Besos.

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    1. La verdad es que tiene más de realidad que de ficción este relato, quizás por eso no me costó escribirlo jajaja
      Genial que te gustase, Demi
      Muchos besos

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  5. Las pandillas, perrunas o humanas, te ha dado un ritmo excelente. El rap, y no me gusta el rap, es un género no de ladridos, pero sí de reivindicación.

    Por los diez negritos, los tuyos y los de Agatha. Un abrazo y feliz domingo

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    1. Ay, los Diez Negritos de Agatha aún tengo que leerlos *__*
      Me alegro de que pese a que no te guste el rap, te haya gustado mi relato; si te apetece alguna recomendación, ¡yo encantada!
      Un besazo, Alabada

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  6. Me encantó y me sonreí con lo del lenguaje inclusivo, difícil hasta en el lenguaje canino.

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  7. !Encantador relato!
    Me gusta su ritmo, sus personajes, y hasta el título de la pandilla. El rap es una expresión poética y no es para cualquiera, precisa de una calma para poder analizarlo.
    !Abrazo!

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    1. ¡Muchas gracias, Yessy!
      Totalmente de acuerdo; el rap necesita ser escuchado con atención.
      Un abrazo muy grande :3

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  8. ¡jajaja ahora veré (oiré) al RAP de otra manera!

    Me apreció muy divertido ese apodo de " los diez negritos" para la pandilla.

    Qué bueno que pusiste el enlace a este texto que o no había leído en su momento.

    Besos.

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