KAWASAKI

 

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 KAWASAKI
 
     No sé cuánto tiempo estuvimos besándonos en aquel banco de Skeleton Moon, pero cuando finalmente nos separamos notaba los labios hinchados y mi tanga estaba empapado. El bulto en los pantalones de Eric había crecido considerablemente, así que decidimos tomarnos un par de minutos para que la erección no le molestarse al caminar.
     Subimos los escalones con las manos entrelazadas y nos pusimos las chaquetas cuando salimos al exterior. Entonces me presentó a su Kawasaki de color verde eléctrico, que tenía un diseño tan anguloso que daba la sensación de que si la tocabas, te iba a cortar.
     Los dos cascos estaban atrapados en el sillín con una araña. Antes de tenderme uno de ellos, Eric me preguntó:
     —¿Eres claustrofóbica?
     —No. Me preocupa más no caber en el asiento.
     Miré con ojo crítico el colín.
     —Descuida, cabes perfectamente. —Me miró el culo y las piernas con descaro.
     Luego me ayudó a ajustarme el casco y él se colocó el suyo con la maestría que hace la práctica. Se colocó en el sillín, pegándose al tanque, y me indicó cómo debía colocarme detrás de él. Me daba un poco de miedo que la incercia me tirase hacia atrás, así que me acomodé en el colín de modo que mi torso quedó pegado a la espalda de Eric. Ajusté las plataformas de mis botas en los estribos. Por último, rodeé su cintura con los brazos.
     —Daremos una vuelta por la ciudad para que te acostumbres a la moto. Luego saldremos a la autovía que circunvala la ciudad, pues las curvas son suaves y, al mismo tiempo, se puede subir bastante la velocidad. Como será difícil escucharnos con el casco, dame dos palmadas en el muslo si quieres que pare.
     —Entendido...
     Sentí la adrenalina disparándose en mis venas en cuanto encendió el motor. La Kawasaki ronroneó y Eric pulsó el botón de arranque. Comenzamos a movernos, recorriendo suavemente las calles dormidas. La vibración y el cuerpo caliente de Eric me relajaron poco a poco. Él cambiaba las marchas con soltura, conociendo a la perfección las respuestas de aquella moto.
     Yo también quiero que conozca así todas mis marchas, pensé.
     Debió de sentir que me estaba relajando, pues enfiló hacia la entrada de la circunvalación y aumentó la velocidad. 60km/h, 70km/h, 80km/h... El corazón me dio un vuelco y una presión se alojó en mi estómago cuando sobrepasamos los 100km/h. Me abracé más fuerte a él. Por el temblor de su estómago supuse que se estaba riendo y subió más la velocidad. 120km/h, 130km/h, 140km/h... Me sentí como cuando me subí al Shambhala por primera vez. Por tramos, Eric aceleraba y deceleraba. ¡Me flipaba la sensación! De modo que casi me sentí decepcionada cuando salió de la circunvalación y se adentró en el sector 7. Mi barrio.
     Condujo tranquilamente hacia los edificios que se estaban construyendo, donde había grandes camiones, excavadoras, grúas, vigas de metal amontonadas y contenedores de escombros. Precisamente paró entre dos de esos contenedores, apagó el motor y bajó la pata de cabra. Desmontamos, se quitó el casco y se apresuró a quitármelo también. Los dejó con cuidado en el suelo. Entonces, me peinó la media melena con cuidado y me preguntó:
     —¿Te ha gustado?
     —Mucho.
     —¿Has tenido miedo?
     —No —mentí.
     Estoy bastante segura de que se dio cuenta de mi mentira, pero no dijo nada al respecto. En su lugar, comentó:
     —Aquí nadie nos molestará.
     Se sentó de nuevo en la moto, esta vez pegándose a la parte de atrás, y me hizo un gesto. Me acomodé como pude en su regazo, a horcajadas, encajando la espalda con la curva del tanque, y nos besamos de nuevo. Las fuertes piernas de Eric estaban afianzadas en el suelo para evitar que la moto se bambolease con nuestros movimientos, así que notaba sus muslos en tensión bajo los míos. Nos desabrochamos las chaquetas para conceder más libertad a nuestras manos. Me masajeó los pechos por encima de la camiseta y me arqueé contra él, ahogando un gemido contra su boca. Se frotó contra mis piernas abiertas y el placer ametralló mi cuerpo.
     —¿Quieres que te toque? —Me preguntó, rompiendo el beso momentáneamente.
     —Lo necesito con toda mi alma...
     Se echó todo lo posible hacia atrás mientras me mantenía pegada contra el tanque. Coló su mano derecha debajo de mi falda y acarició las medias y el tanga.
     —Qué mojada estás —resopló—. Lo siento por las medias.
     —¿Por qué lo...?
     Con un rápido movimiento las rompió. Ahogué una exclamación, y sentí una contradictoria mezcla de enfado y excitación. Colocó el tanga a un lado. Por un momento noté el frío de la noche y me estremecí. Luego el frío fue sustituido por calor cuando deslizó la punta de sus dedos por mi sexo. Se centró en mi clítoris y mis piernas comenzaron a temblar.
     —Eric... —gemí su nombre.
     Con la mano izquierda me subió la camiseta hasta que mi sujetador de encaje quedó al descubierto.
     —Angy...
     Me penetró con un dedo y, al comprobar lo dispuesta que estaba, añadió el segundo, encontrando rápidamente ese punto que me volvía loca.
     Eric se inclinó hacia delante y me besó los pechos por encima del encaje hasta llegar a uno de mis pezones. Entonces, lo atrapó entre los dientes y apretó. Sentí una especie de calambre que atravesó mi espina dorsal y llegó hasta mi coño; me corrí al instante con un grito que se perdió en la noche. Intenté cerrar instintivamente las piernas para no mojarle, pero él me lo impidió.
     —Oh, qué grata sorpresa, eres una squirter... —Sus ojos verdes brillaban ávidamente—. Venga, córrete una vez más para mí.
     No paró de masturbarme en ningún momento. Las ganas volvieron a acumularse rápidamente en mi vientre y me llevé una mano a la boca para ahogar mis gemidos, mientras que con la otra me agarraba al metal. Me llevó de nuevo hasta el límite, y entonces extrajo los dedos y me frotó enérgicamente el clítoris con la palma extendida. Me corrí por segunda vez, mojándole la camiseta.
     —Shhhh, shhhh...
     Eric me abrazó y me besó dulcemente mientras me calmaba.
     —¿Estás bien, Angy?
     —S-sí —le dediqué una sonrisa satisfecha—. Pero ahora quiero que te corras tú.
     Sus ojos verdes brillaron con picardía.
     —¿Ah, sí?
     Como respuesta, bajé una mano a su erección y apreté ligeramente. Eric se mordió el labio inferior y rebuscó en sus bolsillos un condón. Se desabrochó el pantalón lo suficiente como para sacarse la polla y se lo colocó. Con ganas de sentirlo ya dentro de mí, le ayudé a orientarla entre mis piernas y me empalé poco a poco en ella. La sensación era maravillosa. Cuando nuestras caderas chocaron nos quedamos momentáneamente quietos.
     —Venga, empieza a moverte —me ordenó.
     Me afiancé a sus anchos hombros y comencé a mover las caderas con cuidado, intentando que la moto no se bambolease demasiado. Sin embargo, él agarró con ambas manos mi culo e hizo que acelerase el ritmo. Conseguí apoyar las plataformas de las botas en los estribos...
     —Muy bien, así...
     —Joder...
     Nuestros gemidos se mezclaban y pronto volví a tener ganas.
     —Eric... —comencé a avisarle.
     —Yo también tengo ganas... Nos corremos a la vez, ¿de acuerdo?
     No estaba muy segura de poder aguantar, pero deseaba de todo corazón complacerlo. Notaba su polla durísima dentro de mí, haciendo temblar hasta la última fibra de mi cuerpo.
     —Vamos, Angy... Córrete...
     Como si sus palabras fueran mágicas, el orgasmo nos invadió a ambos a la vez.
     —Uf, Eric...
     Era, con diferencia, el mejor sexo que había tenido en toda me vida.
     —Creo que me he ganado esa cita, ¿no crees? —Dijo cuando conseguí desencajarme de él y bajar de la moto para estirar un poco las piernas; se quitó el condón, lo comprobó, lo anudó y lo guardó en el envoltorio para tirarlo en una papelera más tarde.
     —Sí, sí, te lo has ganado.
     —La verdad es que no me importaría seguir —admitió mientras se abrochaba de nuevo los pantalones—, pero creo que va siendo hora de volver a casa, que mañana... o sea, hoy, hay que trabajar.
     —Estoy de acuerdo.
     —¿Te parece bien si te llevo?
     —Claro.
     Me besó suavemente y me ayudó a ponerme de nuevo el casco. Le di la dirección y condujo tranquilamente por las calles hasta llegar a mi portal. Desmontamos ambos y le devolví el casco para que lo afianzase en el colín con la araña. Al mismo tiempo, me tendió su móvil para que le apuntase en la lista de contactos mi número de teléfono.
     —Te escribiré. Hoy. Lo prometo.
     Sólo le veía los ojos por el casco, pero era suficiente.
     —Perfecto. Hasta pronto, Eric.
     —Hasta nuestra cita, Angy.
     Arrancó de nuevo y esperé hasta que la Kawasaki del mismo color de sus ojos fue engullida por la noche.

"I just want to feel you" Eli Klemmeck / Instagram: @neomlei




Fin del Capítulo 1


Bueno, bueno...
 
¿Qué os ha parecido el encuentro entre Angy y Eric?
 
Creo que esta es una de esas pocas veces en las que he continuado los relatos para las convocatorias (primero fue por la Variété de Ginebra y después por un Relato Juevero), pero la verdad es que sentía a los personajes rondándome en la cabeza y me apetecía mucho escribir algo +18 en el blog.
En el siguiente enlace podéis leer del tirón los fragmentos de este Capítulo 1.
Y la pregunta del millón es:
 
¿Os apetece leer más sobre Angy y Eric? 
 
Si es así, comentadme si 1) preferís que lo publique en fragmentos cortos o 2) preferís que publique la escena completa, como si fuera un capítulo. Por mi parte, obviamente me apetece escribir mucho más sobre Angy y Eric (este es uno de esos momentos en los que nace un nuevo proyecto... Llamémosle Proyecto Kinky), pero dependerá del tiempo que dedique para mis proyectos prioritarios y otros post del blog.
 
Para terminar, ¡mil gracias por leer!



19 comentarios:

  1. Me ha encanto. Ha sido como estar encima de esa moto o ser una hebra entre ellos. Se ha sentido y se ha visto. Intenso, vibrante y con ganas de un siguiente capítulo porque si un cuadro primer encuentro es así es de suponer que habrá mucha energía en futuros.
    Escribe sin forzarte, conforme lleguen las ganas y la inspiración. Así es cómo mejor sale.
    Un beso enorme, Dafne.
    Feliz semana.

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    1. Aw, me alegro mucho de que hayas vivido y sentido la escena, Mag :P
      Tienes toda la razón; cuando mejor sale es cuando llega la inspiración.
      ¡Como siempre, un millón de gracias por leer y comentar!
      Un besazo y feliz semana

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  2. Me gusta ese anuncio de para mayores de 18 años, como anticipo de algo muy intenso. Lo dos desbordaba de deseo. La moto fue tanto el medio de transporto como el lugar para consumar el deseo, entregarse a las sensaciones. Me gusta lo explícito que contiene la historia.
    Diría que habrá otro encuentro. Bien contado.
    Besos.

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    1. El anuncio de +18 era más para decir: "Quien avisa no es traidor". Creo que no hay menores en mi blog, pero por si acaso *.* Y además entiendo que no a todo el mundo le gusta este contenido.
      Encantadísima de que te haya gustado, Demi. Gracias por leer y por tus palabras.
      Un besazo

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  3. Yo quiero más capítulos sobre esta pareja que promete. Todo comenzó como muy sexo pero creo que hay algo más entre ellos esa química no siempre se tiene y ellos dos funciona a la perfección Me encanta ajajaj. Así que porfi cuando puedas nos deleitas con más.Un besazo cielo.

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    1. Todo empezó como muy "bah, va a ser un relitillo", y mientras tanto mi cerebro: "¿y si empiezas un nuevo proyecto, eh, Daf?" jajajaja
      Me alegro de que haya gustado y sí, tened por seguro que lo continuo.
      Un besazo y que pases una maravillosa semana, Campirela

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  4. Muy bueno!
    Tan bien narrado que no he podido dejar de leer esa "pura emoción" que da la moto llevada por el amor de una... Y ya el final, ahí, bajándose, tan viril él como su afilada moto. Bien erótico te ha salido el ensueño :)

    Un abrazo grande, y encantada de leer tus buenos escritos :)

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    1. En mi opinión mejor de un tirón, para no dejar la miel en los labios.

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    2. ¡Hola, Volarela!
      Encantadísima de que te haya gustado y que lo hayas leído desde el principio, llenándote con las emociones de los personajes ;)
      Gracias por comentar y también por decirme que prefieres el capítulo del tirón.
      Un besazo y feliz semana

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  5. Puro fuego, Dafne. Muy buen relatado. Sé que me repito, pero no puedo decir otra cosa. Transmites cada escena y lo haces todo muy visual.
    Por mi parte... De un tirón.

    Mil besitos para ti y feliz semana ❤️

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    1. ¡No pasa nada porque te repitas, Auro! Me alegro de que te haya gustado y haber transmitido ese fuego ;)
      Apunto también tu preferencia: ¡del tirón!
      Mil besitos y feliz semana

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  6. Una muy grata sorpresa, sí que lo es leerte en un registro más atrevido, como si la misma velocidad de la moto de Eric nos llevara, pero eres tú quien nos conduce por las sensaciones de esta historia con tan fuerte atracción entre los personajes. Logras hacer sentir la intensidad del momento, así como también esa complicidad entre ambos. Lo he disfrutado y sentido. Para mí lo bueno no debe hacerse esperar, la escena completa en mi opinión.

    Y como no has puesto música, me permites ponerla yo? Espero te guste...
    https://www.youtube.com/watch?v=CdFS_85UXE0&t=16s

    Dulces besos de manzana y dulce semana Dafne.

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    1. Me alegro de que haya sido una grata sorpresa, Dulce :3 Leer todos estos buenos comentarios de vuestra parte me alegra muchísimo, de verdad. Espero superarlo con el siguiente capítulo... Aunque aún tardaré un poco en escribirlo, pues como sabes tengo otros post pendientes.
      La canción 10/10 *.* No estoy segura de haber oído al grupo antes, pero creo que "Motorcycle" queda como anillo al dedo.
      Dulces besos de manzana y feliz semana, Caballero

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  7. Apasionante, una pasión devenida en encuentro de gozo mutuo. Trepidante, y evocador, realmente no esperaba este estilo para mayores de 18 años :-)

    Un abrazo

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    1. Me alegro de haber resultado sorprendente, Albada :3
      Gracias por leer y comentar.
      Un abrazo

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  8. Me ha gustado. Hay mucha chispa entre ambos y tu relato es emocionante. Espero más aventuras de estos dos personajes ( eróticas o no) pero cuando te vayan saliendo, sin presiones. Besos, Dafne.
    Me rio de lo cuidadoso que es Erik que hasta controla que el condón no se ha pinchado luego de haberlo usado. jajaja
    Muy buen detalle. No es cuestión de que entre tanta pasión, tenga que cambiar pañales jajaja.

    Besos, Dafne.

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    1. Los detalles son los que marcan la diferencia, ¿no? ;P
      Encantada de que te haya gustado, Myriam. Y sí, llegarán nuevas aventuras... Sin prisa.
      Un besazo y feliz semana

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  9. Me ha encantado. Creo que Angy y Eric están hechos el uno para el otro.
    Estoy aprendiendo un montón de palabras nuevas contigo de las que ya he buscado su significado y quizás me atreva a probar cosas nuevas...
    Mi respuesta a la pregunta del millón es ¡sí!.
    Yo prefiero la escena completa porque no me gusta quedarme con las ganas, pero con tremenda historia cualquier opción que elijas estará bien.
    Por cierto, me encantan tus descripciones, haces que sea tan fácil meterse en la piel de los personajes que es imposible leerte y no sentir que formas parte de la escena.

    Besos.

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    1. Oh, me alegro de que te guste y descubirte palabras nuevas, Dev :3 La cuestión es que la mayor parte de las novelas románticas las leo en inglés y muchas veces no encuentro la traducción de los términos en español (o no me gustan tanto como en su idioma original). Además, prefiero no daros toda la información "en bandeja" y que investiguéis por vuestra cuenta ;)
      Creo que ha ganado la opción 2) escribir la escena del tirón.
      Mil gracias por leer y por tu comentario.
      Un besazo

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