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Relato juevero: collage

 



Night Beach ©SuperPhazed

Nuestro último viaje fue inolvidable.

Sin avisar a nadie cogimos el coche, tú al volante y yo dándote indicaciones... algunas más efectivas que otras, todo hay que decirlo, pero lo más importante fue disfrutar del trayecto. Atravesamos la península de punta a punta, y del verde del olivar desembocamos en el azul del océano.

El sol ya caía en el horizonte cuando llegamos al pueblo pesquero que se convertiría en nuestro refugio durante tres días. Habíamos alquilado una casa pequeña en la zona oriental, así que lo primero que hicimos fue deshacer el equipaje y compartir una ducha; no pudimos ignorar la tentación y la alargamos más de lo necesario. Luego compartimos una cena ligera: frutas, pan con embutido y almendras, y nos dispusimos a soñar en los brazos del otro.

A la mañana siguiente hicimos un poco de turismo; visitamos el convento de estilo gótico, el museo de la Marina Mercante y el puerto. Paseamos entre las terrazas y probamos la excelente comida de la región. Por la tarde estuvimos en una playa de rocas, nos bañamos en el agua mansa y recogimos conchas para sumarlas a nuestra colección. Cuando volvimos a la casa compartimos de nuevo la ducha, ¡y su duración fue aún mayor que la del día anterior!

El segundo día volvimos a coger el coche, pero esta vez yo no conocía el destino. Es una sorpresa, me dijiste, dedicándome ese gesto de sonrisa ladeada y cejas alzadas, tan tuyo. En cuanto aparcaste reconocí de forma inmediata el impresionante edificio. ¡Era el oceanográfico! Gracias a las fechas, el turismo era mínimo, así que en la mayoría de las salas sólo estábamos nosotros y los animales. Vimos peces de todos los colores, cangrejos, delfines... Incluso una ballena. Nos sentamos a escuchar su canto, y entonces me ofreciste el anillo. Con lágrimas de emoción te dije que sí. ¡Sí, sí, sí! Nos abrazamos y nos besamos, y la ballena entonó nuestra canción.

El último día llovió, así que nos propusimos invertir toda la jornada en la cama. Nos convertimos en hábiles magos prestidigitadores. Tu voz masculina me envolvió, hicimos de nuestros cuerpos nuestra más preciada posesión y con delicadeza nos deshicimos en orgasmos, tantos como estrellas brillaban en el universo. Cuando te pregunté cómo habías conseguido romper nuestro récord personal, me respondiste: un mago nunca revela sus secretos.

En aquella cama de aquella casa en un pueblo pesquero con vistas al océano, desgranamos las últimas horas de aquel viaje inolvidable. Nos dimos las gracias mientras disfrutábamos el amanecer, y nos prometimos amarnos hasta el final de nuestros días.

 


Kiss Me ©SuperPhazed


Convocatoria y más collages en casa de Neo

 




4 comentarios:

  1. Un viaje inolvidable y muy intenso, lleno de cosas por descubrir y compartir, además con un final muy romántico.

    Dulces besos con dulce magia.

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  2. Qué bellísimo collage de palabras encajadas a la perfección. Un viaje que perdurará en el recuerdo Dafne. Precioso todo lo que despierta. Un abrazo fuerte

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  3. Unos días preciosos que me los has hecho disfrutar igual que sí yo hubiese estado allí
    Un abrazo

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  4. Un viaje donde la aventura y el desenfreno iban cogidos de la mano, dando rienda suelta a ese placer que es viajar y disfrutar con la persona apropiada.
    Muy bien utilizadas todas las palabras del reto.
    Un besote grande, feliz tarde.

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