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21 DE NOVIEMBRE

¡FELIZ NONAGÉSIMO CUMPLEAÑOS ABUELA!


Hoy es el cumpleaños de mi abuela C, la madre de mi padre, que nació el 21 de noviembre de 1924, y lo mínimo que podía hacer era rendirle un pequeño homenaje en el blog, ¿no creéis?

Ella es una superviviente de la guerra. Se quedó viuda a los 64 años (mi abuelo A, al que no llegué a conocer, murió de cáncer de pulmón) y en enero de 2010 sufrió el ictus cerebral que la ha dejado en silla de ruedas, con una paraplejía del lado izquierdo del cuerpo.


Los días que hace buen tiempo suele pasear en el andador que hay en el parque en el que está ambientada la historia de El Lobo (sí, ella es una de las protagonistas de la historia), y si llueve o hace frío, suele andar por el pasillo de su casa, siempre ayudada por la mujer que la cuida.

Aun con el tema del ictus, mi abuela sigue teniendo una mente excepcional y gracias a ella nos enganchamos hace unos años al programa de Carlos Sobera “Atrapa un millón”, en el cual es toda una campeona.

Mi familia y yo vamos a visitarla todos los sábados, y mi padre va a verla también entre semana. Últimamente estamos leyendo en voz alta el libro: Madrinita Buena, de Rafael Perez y Perez.


     


Aquí tenéis las fotos del libro ❤.
La razón es que uno de esos sábados que fuimos a su casa, tenía la novela encima de la mesa, y cuando me vio, después de darme dos besos, me la tendió con su mano buena y me dijo que se la había regalado su padre en 1941 el día de Reyes, y que ahora ella me la regalaba a mí.
Una de las cosas que recuerdo de ese momento es que el corazón comenzó a latirme deprisa como si tuviera un pajarillo en el pecho (¿algún problema con que diga que parecía un pajarillo? ¿No? Pues ale, continuemos…) y las lágrimas se agolparon en mis ojos.
Pero claro, no iba a llorar.
Mi abuela nos contó que cuando se lo regaló su padre, mientras su madre y su tía de Francia hacían punto después de cenar, ella les leía para que no se durmieran, por lo que abrí el libro y mi madre y yo nos pusimos de acuerdo para leer en voz alta un capítulo cada una; así mi abuela podría escuchar de nuevo la historia.

Mi madre leyendo y mi abuela escuchando

Cuando le toca leer a mi madre, yo suelo dibujar mientras la escucho, y así puedo plasmar la imagen de mi abuela sobre el papel. Los dibujos que estáis viendo están hechos directamente a boli o a pluma (en el caso del primero), fijándome en la vida real.
Lo cierto es que mi abuela es una gran modelo ;) y lo mejor es que no se da cuenta de que la estoy dibujando hasta que no acabo y enseño el resultado, de modo que siempre es como una sorpresa.



Espero llegar al post en el que diga: ¡Feliz centenario abuela! pero de momento me conformaré con subir una entrada de este estilo el año que viene, en el que diga…


¡FELIZ NONAGÉSIMO PRIMER CUMPLEAÑOS!


2 comentarios:

  1. Nunca es un problema expresar los buenos sentimientos, como un pajarillo, seguro de esos saltarines y cantarines. Hermosa dedicatoria para tu abuela y en estas fechas cuando los recuerdos de seres queridos están aún más presentes, sé que tú la tendrás en tu corazón como si fuera un pajarillo.

    Dulces besos Dafne.

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    1. Qué comentario más emocionante me has dejado, Dulce *////*
      Y no solo está en el corazón, sino en todos los lugares.
      Mil gracias. Un besazo muy dulce, Caballero

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