¡Hey hou, bloggeros! ¿Qué tal
habéis empezando el otoño?
Hoy, 26 de septiembre, he
decidido que es un buen día para estar definida en el tiempo, pues hace 7
años exactamente nos dejó uno de los grandes mitos de la historia del cine:
Paul
Newman
Para los que no lo conozcáis, Paul Leonard
Newman, nacido en Shaker Heights, Estados Unidos, también un 26 pero de
enero de 1925, fue un actor, director y productor
estadounidense.
Con 17 años ingresó en el Kenyon
College universitario, y al año siguiente se alistó en la Armada de los Estados
Unidos. Cumplió el servicio militar entre 1943 y 1945 en las bases de Okinawa y
Guam durante la Segunda Guerra Mundial.
Su gran aspiración era
convertirse en piloto militar, lo cual se lo impidió una deficiencia visual: el
daltonismo. En efecto, los ojos azules más famosos de Hollywood eran
daltónicos…
Tras esto, volvió a Kenyon, se
graduó en Ciencias Económicas y formó parte del equipo de fútbol americano, del
que fue expulsado. Seguidamente, gracias a una beca del ejército, estudió artes
escénicas en Yale y el método Stanislavski en el actor’s studio, como oyente,
durante una década.
Abriéndose paso como secundario
en varias series norteamericanas, su primera película fue El cáliz de plata (1954)
y su primer éxito llegó dos años después con Marcado por el odio, de
Robert Wise.
A
partir de ese momento no hizo más que crecer.
Desde entonces hasta la fecha de
su muerte, ha sido nominado nueve veces al Óscar de la Academia como
actor, ganó un Óscar honorífico en
1985 y, finalmente, en 1986, con El color del dinero, consiguió el de
verdad. En 1993 se le concedió el Premio
Humanitario Jean Hersholt.
También fue candidato a nueve
premios Globo de Oro, y ganó uno en 1957 como Nueva estrella del año con El cáliz de plata, otro en 1969 como
Mejor director en Rachel,
Rachel, en 1984 obtuvo el Premio
Cecil B. DeMille y en 2006 fue reconocido como el Mejor actor de reparto de serie, miniserie, o telefilme en Empire
falls.
De la mano del Sindicato de
Actores, ha sido candidato una vez, y resultado ganador en 2005 como Mejor actor de televisión, miniserie o
telefilme en Empire falls.
En resumidas cuentas, carga a sus
espaldas decenas de nominaciones.
A lo que quiero llegar es que,
aunque tal número indica su importancia en el Séptimo Arte —solamente él, junto
a Katherine Hepburn, Laurence Olivier, Jack Nicholson, Michael
Caine y Meryl Streep, han estado nominados en alguna categoría
interpretativa en ¡cinco décadas diferentes!— Paul Newman se ha ganado un hueco
entre los mejores por la calidad de
sus interpretaciones.
Sí, la cantidad de premios es
importante, pero al fin y al cabo los obtuvo por la calidad de su trabajo.
Camino a la perdición 2002 |
Paul Newman es un actor impecable
y polifacético que se cuela en tu mente nada más verlo en la pantalla. Además
de reconocerlo fácilmente por su cabello rubio, sus ojos claros y sus rasgos
masculinos, solía interpretar a personajes dramáticos con un elegante sentido
del humor —quizás por eso me gusta tanto— pero que nunca rozaban el estereotipo;
él conseguía darles tonalidades de melancolía, diversión, alegría, picardía,
sarcasmo, rebeldía… ¡Algo que les falta transmitir hoy en día a muchos actores,
vaya! Paul era todo eso al mismo tiempo, hacía papeles de malo y bueno a la
vez, y te robaba el corazón.
En mi caso, lo conocí hace
no-sé-cuántos años cuando retransmitieron en un canal El Golpe, y mi padre paró
de hacer zapping y lo dejó en esa escena en la que hace creer que está borracho
mientras está jugando una partida de póker en un tren.
Me enamoró su actuación, la forma
que hacía perder los papeles al “malo” de la película cambiándole todo el rato
el nombre… ¡Me reí…! No os podéis imaginar cuánto me encantó —O quizás, si
habéis visto la película, sí lo sepáis.
Así que le pregunté a mi padre
por el actor, pues por aquel entonces estaba empezando a alimentar mi vena
cinéfila con nombres como: Clint Eastwood, Grace Kelly, Robert Redford, Jack
Lemmon, Antony Perkins… Clásicos. De
los mejores actores y actrices que probablemente existieron y vayan a existir
jamás, y que seguirán sirviendo de modelos a los actores venideros.
Mi padre me contestó: «Es Paul
Newman.» ¡Y lo dijo así! ¡Como si nada! Como si lo tuviera que conocer porque
era el vecino que alguna vez había llamado al timbre cuando se le había acabado
el azúcar. A lo que le pregunté si ya había visto alguna película suya, mirando
la pantalla con ojos brillantes y carcajeándome por las escenas, a lo que él me
respondió que no, que no creía.
Entonces grabé el nombre a fuego en mi mente hasta que lo volví a ver en otra película, esta vez en La leyenda del indomable.
Allí consiguió mi segundo broche
de oro.
Con el paso del tiempo añadí a mi
lista La gata sobre el tejado de zinc, Dos hombres y un destino
—reconociendo allí a Robert Redford, ese “otro actor rubio que trabaja también
con Paul en la peli del póker en el tren” que, en mi opinión, se ve
completamente eclipsado por Newman—, Cortina rasgada —con Julie Andrews—,
entre otras.
He visto varias veces las dos que
he nombrado al principio, pues son mis favoritas, y curiosamente la última vez
que recuerdo haber visto El golpe, el curso pasado, su imagen
me recordó mucho a mi profesor de matemáticas, que también tiene los ojos
claros, bigote y un corte de cara parecido.
Su última película como actor fue
Camino
a la perdición en 2002, de Sam Mendes y compartiendo elenco con Tom
Hanks. En 2006 le puso voz a Doc Hudson, uno de los protagonistas de Cars
de Pixar — que paradójicamente, fue la más
taquillera de su carrera—, y pocos meses antes de anunciar el cáncer de
pulmón, a finales de 2007, se despidió del mundo del cine.
En lo que respecta su vida
personal, era aficionado al automovilismo —llegó a participar en carreras hasta
los 70 años—, era el padrino de Jake Gyllenhaal y al igual que Clint Eastwood, era un
consumado pianista, con cierta debilidad hacia el jazz y el blues. Estuvo
casado dos veces, la primera con Jacqueline
Witte, y la segunda con la actriz Joanne Woodward, considerada el amor
de su vida.
“¿Para que tontear por ahí con hamburguesas si tienes en casa un filete de primera?” |
Falleció a los 83 años, rodeado
de su familia y dejándonos frases como: “No puedes recuperar tu vida cuando
llega a su fin.” o “Esta es la vida que elegimos; y una cosa está clara:
ninguno veremos el cielo”.
Así que Paul, estés donde estés,
GRACIAS
Paul en una carrera automovilística |
Nota: las imágenes y vídeos están tomados de Internet.
QUE GRANDE FUE PAUL!
ResponderEliminarUn homenaje a la altura para un hombre extraordinario,
Grcias por el post, Dafne! :D
¡Gracias a ti por pasarte a comentar, Mikel!
EliminarMuchos besos :3
Inolvidable. Qué buen homenaje
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Gracias, Albada!
EliminarUn besazo
Muy buena biografía de Newman, al cual he visto en varias películas y además, en varias fotos como la última que incluyes, porque amaba la velocidad y disputó carreras como las 24 Horas de Le Mans.
ResponderEliminarMás dulces besos para ti y dulce semana.
Me alegro de que también hayas visto películas suyas y te guste ;P
EliminarDulces besos, Caballero, y que empieces genial la semana.
Que lindo homenaje sin duda uno de los mejores actores de este siglo y el pasado..No solo era guapo a rabiar con ese azul de sus ojos que llenaba la pantalla, sino su interpretación siempre para mi fue excelente..Gracias amiga por darle este sitio en tu casa..Un abrazote grande .
ResponderEliminarEn efecto, era un actor excelente *__* ¡Todo un modelo a seguir por los actores de hoy en día!
EliminarGracias a ti por leer.
Un abrazo, preciosa.
Uno de mis favoritos también... junto a Robert Reford, los mejores, mi niña. Precioso homenaje, te felicito ;)
ResponderEliminarMil besitos con todo mi cariño y muy feliz semana ♥
También Robert Redford ❤
EliminarMuchas gracias por tus palabras, Auro.
¡Mil besos!
Muy emotivo homenaje a un grande del Cine.
ResponderEliminarBesos
Me alegro de que te gustase, Myriam.
Eliminar¡Un besazo!